Desventajas:
- El humano no puede intervenir si surgen problemas: no olvidemos que las máquinas y la tecnología más sofisticada son creadas y desarrolladas por el hombre, por tanto, no es una ciencia exacta o perfecta. Habrá errores y, al carecer de los medios necesarios para la conducción (volante y pedales), la intervención humana será nula ante un problema o inconveniente.
- Problemas con los seguros: ante un accidente de tráfico, ¿quién será el culpable? ¿Qué coche autónomo ha fallado? ¿Y si lo han hecho los dos? ¿O varios?
- Precio: su precio de salida es una incógnita, pero al tratarse de la tecnología más puntera del mercado, podría alcanzar cotas muy altas.
- Pérdida de facultades: si ya no necesitamos conducir, ¿tendremos que sacarnos algún tipo de acreditación o carnet? ¿No aprenderemos a conducir un coche tradicional? ¿Y si la tecnología no se aplica en todos los lugares del planeta?
Todavía no sabemos a ciencia cierta cuáles serán las verdaderas ventajas e inconvenientes, pero sobre el papel podemos dibujar este escenario que, seguro, se acerca mucho a la realidad del futuro. Este tipo de tecnología está en auge y cada vez encontramos en el mercado más vehículos con cierto grado de autonomía, como los nuevos modelos de Toyota. Desde la compañía se seguirá investigando con el fin de alcanzar la máxima seguridad para los pasajeros, la sostenibilidad del medioambiente y una movilidad accesible para todos.
El próximo verano tendrá lugar una prueba de conducción automatizada en Odaiba, Tokio. Platform 4, el vehículo de Toyota capaz de circular sin conductor, recorrerá las calles de Odaiba. Las únicas personas que irán dentro del coche será un conductor de seguridad y una persona seleccionada para disfrutar de la experiencia.