- Acelerar antes de que el motor se caliente. Sí, vivimos en una sociedad repleta de estrés y prisas. Y en algunos casos, este hecho no solo afecta a tu salud, también a la de tu vehículo. Así que si quieres cuidar de él y que te dure muchos años, deberías subir al coche con calma, arrancar el motor y esperar unos minutos al ralentí hasta que obtener la temperatura idónea.
Una vez lo hagas, no aceleres bruscamente: como todo deportista, necesita calentar antes de hacer ejercicio. Con estos dos consejos tan sencillos, lograrás que la labor protectora del aceite sea más efectiva y que todos los elementos del motor duren más tiempo.
- Conducir en reserva. El mejor consejo es que jamás veas este testigo en tu cuadro de instrumentos, porque las consecuencias pueden ser fatales. Primero, porque forzamos a la bomba de combustible a trabajar mucho más, lo que provoca un envejecimiento prematuro. Además, apurar el depósito ocasiona que la mezcla de gasolina y aire sea peor, lo que afecta al rendimiento del coche. Y no solo eso, provoca que la carbonilla entre en el circuito del coche, envejeciendo, en función de si usa gasolina o diésel, unas piezas u otras.
- Apoyar el pie en el embrague. Sí, lo sabemos. Llevar el pie sobre el embrague resulta muy cómodo. Pero también lo desgasta poco a poco, lo que supone reducir su vida útil a largo plazo y que tengas que pasar por tu taller antes de tiempo. Otro consejo: evita pisarlo mientras estás parado en un semáforo o en un atasco, para en punto muerto.
- No mirar la presión de las ruedas. Los neumáticos van en constante contacto con el suelo y por ello, nuestro consejo es revisar su presión de manera habitual. Porque llevar una presión por debajo de lo recomendado aumenta el consumo del coche y la superficie de contacto con el suelo, lo que produce que las gomas se desgasten antes. Y si por el contrario eres de los que prefieren hincharlas de más para despreocuparte durante más tiempo, deberías evitar esta práctica.
El riesgo de pinchazo o reventón aumentan mucho y además, la superficie de rodadura se reduce, lo que puede derivar a pérdidas de adherencia.
- Girar el volante en parado. Esto es algo más que habitual en parkings. Antes de iniciar la maniobra, es común ver que los conductores giran la dirección. Algo que afecta negativamente al mantenimiento de ruedas y suspensiones. Nuestro consejo es que maniobres poco a poco mientras vas hacia delante o hacia detrás y así alargar la vida útil de tu coche.
- Pasar badenes a alta velocidad. Cada vez, los badenes son más comunes en nuestros pueblos y ciudades. Y son elementos de riesgo para la salud de nuestros vehículos. Porque superar un badén a una velocidad excesiva supone que las llantas, la dirección y la suspensión se estropeen. Así que nuestro consejo es que respetes la velocidad límite e incluso que la reduzcas por debajo del límite legal para superar cada uno de los badenes. Tu coche te lo agradecerá en unos años.
Evita estas manías que cometemos al volante para cuidar tu vehículo y, si eres recurrente de alguna de ellas, te invitamos a que traigas tu coche a un taller oficial de Toyota para quedarte tranquilo sobre su estado.
Y si estás pensando en cambiar de coche y necesitas un vehículo con bajos costes en mantenimiento, los coches híbridos eléctricos de Toyota serán tu mejor opción. En este contenido te contamos el porqué de sus ventajas y beneficios.