Los faros del coche son los encargados de iluminar el camino, a la vez que posibilitan que otros conductores no puedan ver durante la noche o en condiciones climatológicas adversas. Pero, como cualquier otro elemento del vehículo, son susceptibles de sufrir una avería, y una de las más comunes tiene que ver con la humedad.
Concretamente, los faros empañados. El faro de un coche puede perder su transparencia, y por consiguiente, su capacidad de alumbrado, por dos razones principalmente. La primera, debido a la incidencia continúa del sol sobre el propio faro, lo que provoca que se queme y adopte ese color amarillo opaco que reduce la intensidad del haz de luz. La segunda tiene lugar cuando se empeñan debido a la humedad.