Para realizar esta prueba de manera oficial hemos acudido a la escuela en conducción eficiente y segura RACCOpens in new window y hemos contado con un instructor oficial. La prueba se realiza a 70 kilómetros por hora en un pavimento deslizante (equivalente a 90 km/hora en asfalto normal) y colocamos tres pasillos de conos a las distancias determinadas que pautan las normas de esta prueba oficial (ISO 3888-2).
De esta manera se simula a la perfección dos obstáculos que se nos ha aparecido y que, por tiempo, no nos permiten frenar, por lo que deberemos realizar un giro a izquierdas e inmediatamente otro a derechas.
En este sentido, es muy importante respetar los límites de velocidad de la vía, mantener fija la mirada en la carretera y actuar con suavidad con el volante. Lo que normalmente realiza el conductor cuando se pone nervioso ante esta situación es girar demasiado la dirección, lo que nos hace perder adherencia, empeorando la respuesta del vehículo.
Para realizar la maniobra de forma exitosa y segura, los giros con el volante deben ser controlados, a fin de no perder adherencia y mejorar la respuesta del control de estabilidad. Por otra parte, no debes asustarte por el sonido, es el control de estabilidad actuando, que viene de serie en nuestros coches. No es necesario tocar el freno para nada, solo ajustar la dirección suavemente, el coche frenará solo.
Recuerda que el capitán del barco somos siempre nosotros. El control de estabilidad es eficaz para el conductor prudente, pero a velocidades muy elevadas la respuesta del coche empeora, aumentando el riesgo de colisión. Mantén máxima atención a la carretera y respeta los límites de velocidad para poder reaccionar frente a posibles obstáculos.
Echa un vistazo a nuestro vídeo para conocer en profundidad todos los detalles de la prueba del alce. Vista la teoría, ya sólo te queda ponerlo en práctica, y si es a los mandos de un híbrido de Toyota ¡Mejor que mejor!