4. ¿Has descansado?
Por lo general, tenemos el hábito de dormir durante la noche, por lo que es común que nos entre fatiga cuando conduzcamos a horas en las que estamos acostumbrados a descansar. Si puedes, échate una siesta antes de conducir para recargar las pilas e intenta descansar bien la noche anterior.
El 20% de los accidentes de tráfico son ocasionados por sueño al volante, toma precauciones y evita seguir aumentando este porcentaje.
5. ¡Fresco y alerta!
Mantén una buena ventilación del vehículo en todo momento, baja las ventanillas de vez en cuando para que entre aire fresco en el habitáculo y ameniza tu viaje con la música que más te motive para que estés alerta.
6. ¿Síntomas de fatiga? ¡Stop!
Si notas que comienzas a presentar síntomas de fatiga, como hormigueo en las extremidades, lagrimeo, picor de ojos, aumento de parpadeo, dolor de cabeza, cuello o espalda, reaccionar bruscamente ante sonidos fuertes –como puede ser un claxon– o, por el contrario, no enterarte de los sonidos que te rodean.
7. Apaga la luz del habitáculo
Evita conducir con la luz del habitáculo encendida, puesto que reduce tu capacidad de visión al provocar un mayor contraste entre la luz interior y exterior.