El transporte terrestre se encarga de movilizar hasta el 90% de las mercancías que se desplazan por nuestro país. El transporte de mercancías perecederas es uno de los más vigilados y legislados por los posibles peligros que implica para la salud. En la actualidad existen diferentes tipos de vehículos para el transporte de mercancías a temperatura regulada, comúnmente denominados vehículos ATP.
En función de las características de autorización para el transporte de perecederos los vehículos se clasifican en:
Todas las empresas dedicadas a la alimentación, ya sea de alimentos congelados o frescos, están obligadas a disponer de un tipo de vehículo ATP debidamente fabricado, identificado y admitido por los organismos que legislan este tipo de transportes.
Cualquier vehículo de carácter comercial puede adaptarse para el transporte de mercancías perecederas, pero en función del tipo deberemos escoger entre uno u otro. Vehículos como Toyota Proace o Toyota Proace City son sumamente versátiles ya que gracias a los diferentes tipos de adaptación podemos convertir un simple industrial en un vehículo ATP.
La normativa exige que este tipo de transportes estén correctamente aislados del exterior mediante la instalación de una caja sellada. Esta caja debe estar separada de la cabina mediante un tabique aislante. Así mismo los materiales empleados deben cumplir con las normativas exigentes y generalmente fabricados en fibras de alta resistencia.
La adaptación a este tipo de vehículos debe estar realizadas por empresas autorizadas y por materiales debidamente homologados tal y como quedan expuestas en el artículo 1.1 del Real Decreto 237/2000 del 18 de febrero donde quedan expuestas las especificaciones técnicas que deben cumplir los vehículos especiales para el transporte terrestre de productos alimentarios a temperatura regulada.
Antes de que un vehículo ATP sea puesto en marcha es obligatoria la certificación por el organismo regulador encargado de supervisar la calidad y la correcta instalación. Para ello realizará pruebas complementarias que aseguren la estanqueidad y el mínimo intercambio de calor entre el interior y el exterior así como el óptimo funcionamiento de las máquinas encargadas de mantener la temperatura correcta para el transporte de mercancías perecederas.
Todos los vehículos ATP están obligados a pasar inspecciones periódicas que podrán llevarse a cabo en puestos de OCA (Organismo de Control) debidamente equipados para ello. En cuanto a la periodicidad de tales inspecciones la ley exige que la primera de ellas sea los seis años, y posteriormente cada tres años o cada vez que se concluya una reparación o una modificación ya sea en el propio vehículo o en la caja isoterma.
Un vehículo para transporte de mercancías perecederas debe cumplir con una amplia y exigente normativa. Los vehículos LCV de Toyota cumplen con las características necesarias para su transformación y posterior certificación.
Este tipo de transformación llega a Toyota Se Adapta de la mano de Gruau Ibérica y Mebauto. Gruau es uno de los fabricantes de carrocerías y transformaciones más importantes a nivel europeo, con 125 años de historia y 17 fábricas en toda Europa. Carrocerías Mebauto posee más de 30 años de historia, pasando por sus manos más de 10.000 vehículos para ser carrozados, y especializándose en adaptaciones sobre vehículo cabina plataforma.