Todos hemos experimentado una sensación de bienestar al reconocer algo de nuestro pasado.
Puede ser un éxito musical de nuestra infancia que suena en la radio, un aroma en el aire que nos recuerda las comidas familiares o una película que evoca recuerdos de la inocencia de la juventud.
Los coches también desencadenan recuerdos. Nos recuerdan los viajes, situaciones y momentos que conforman nuestras vidas: quizás sean los vagos recuerdos de las excursiones familiares, la torpeza con que cambiábamos de marcha al aventurarnos con nuestro primer coche o el orgullo que sentimos al enseñar nuestro nuevo vehículo de empresa. Por eso, cuando un vehículo tan y tan popular como el Toyota Corolla se cuela en las vidas de más de 40 millones de personas, cabe pensar que se han creado muchos buenos recuerdos por todo el planeta.