¿A quién no le gusta una buena película? El cine, el séptimo arte, es capaz de trasladarnos a mundos increíbles, presentarnos historias impresionantes o recordarnos momentos únicos. Ir al cine con la familia o los amigos es una experiencia única, pero lo que cada vez está más de moda son los autocines. Con la llegada del verano y la “nueva normalidad”, las salas tradicionales están vaciándose en aras de una nueva forma de vivir las películas. Desde la comodidad de tu coche.
Antes de la llegada este coronavirus los autocines cada vez estaban más presentes. Un puñado de salas repartidas por toda la geografía empezaron una tendencia que hoy se ha convertido en actualidad y normalidad. La crisis sanitaria a la que todavía estamos enfrentándonos ha obligado a cambiar la forma en la que vivimos acciones tan cotidianas como la de ir ver una película al cine.
Lo hemos visto más de una vez en una cinta americana de los años 60 o 70. Llegar al autocine, aparcar, y ponerte a ver una película. La experiencia parece muy gratificante, y realmente lo es. Además de ser algo diferente, también es cómodo. Sin nadie que te moleste, sin incómodas interrupciones por móviles de terceros, sin irritantes charlas y encima en la comodidad de tu butaca privada. Muchas son las ventajas y pocas las pegas.