Leer un libro, ver una película, disfrutar del paisaje e incluso dormir sin preocuparse de la conducción. Suena a película de ciencia ficción, pero la revolución del coche autónomo cada vez está más cerca.
Toyota lleva a cabo pruebas de conducción automatizada en Europa, concretamente en Bruselas, tras el éxito de las pruebas realizadas en Estados Unidos y Japón. Un Lexus LS se encarga de pasar el “examen” en una vía pública urbana. El ejercicio se ejecuta con un conductor que podrá intervenir en la conducción si fuese necesario, anulando el sistema autónomo, y con un supervisor que se encarga de analizar y recoger los datos arrojados por el sistema.
El objetivo final de Toyota es que no haya más víctimas en accidentes de tráfico. Para ello es importante comprender y estudiar el comportamiento humano en una conducción autónoma. Resulta vital que la propia tecnología se adapte a nuestro comportamiento, muy complejo e imprevisible, para poder ofrecer el máximo rendimiento. Cuando el coche tome las decisiones, ¿qué hará el conductor? Y frente a las posibles reacciones del conductor, ¿qué hará el ordenador del coche?
Actualmente no existen los coches 100% autónomos. Los prototipos no están testados para garantizar seguridad. Desde Toyota se pretende desarrollar y orientar la tecnología a un entorno cada vez más automatizado, pero siempre bajo la supervisión de un conductor.
La tecnología de sensores del sistema de seguridad de serie de Toyota, Toyota Safety Sense nos aporta un grado de autonomía que nos ayuda a tener una conducción más segura. Tiene un sistema pre-colisión con detector de peatones y ciclistas, que nos avisa mediante señales sonoras y visuales ante una posible colisión e incluso asiste a la frenada hasta los 40 km/h. Sus sensores te avisan de un cambio involuntario de carril, si el coche abandona su vía sin intermitente.
El control inteligente de luces de carretera, el reconocimiento de señales de tráfico, el control del crucero adaptativo y detector de tráfico trasero cruzado y monitor de ángulo muerto son otras de las funcionalidades del Toyota Safety Sense. Nos aporta un grado de autonomía al vehículo en pos de nuestra seguridad. No obstante, el conductor es el que debe tomar la última decisión y el que tiene el control absoluto del coche.
Para intentar averiguar qué factores son los que influyen en un accidente de tráfico, el sistema registra todas aquellas acciones anormales al volante, así como los datos previos a una colisión. El sistema es capaz de recabar información acerca del pedal que estamos pisando en cada momento, su recorrido o cambios en la posición de la palanca.
Actualmente, el coche autónomo idealizado y representado en las películas todavía está en desarrollo. Por ello, la misión de Toyota en este campo es investigar los comportamientos de los clientes y cómo responde la tecnología de seguridad de sus nuevos vehículos en entornos urbanos, dinámicos y complejos, para poder diseñar una tecnología acorde y segura.
El marco de la investigación se engloba dentro de la visión global de la compañía para crear una movilidad mejor para todos, con el objetivo de fomentar y facilitar el acceso al vehículo para aquellas personas que tienen dificultades para conducir.
