Desde que se demostrara que los motores diésel emiten mucho más óxido de nitrógeno del que se pensaba, son muchos los países y organismos internacionales que están tomando medidas al respecto.
En primer lugar, en ciudades europeas como Madrid y Barcelona se está prohibiendo el acceso a los centros urbanos a los coches de gasóleo bajo multas. Y es que, según los datos de AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente), las emisiones de partículas nocivas de los vehículos supone un 13% de la contaminación del continente.
Y eso está empezando a afectar seriamente a la salud de los ciudadanos, según los estudios de la propia AEMA. Por eso, la tendencia es prohibir estos modelos progresivamente hasta su extinción (de forma que no afecte repentinamente a los fabricantes ni trabajadores).
Descubre aquí cuando deja de contaminar un híbrido de Toyota.
En esa línea de trabajo, Toyota lleva años adelantándose a la legislación y luchando por fabricar coches que reduzcan su huella medioambiental, prescindiendo cada día más de motores diésel y apostando por tecnología híbrida gasolina/eléctrico.
Por ejemplo, el Prius, lanzado en 1997, tan solo emite 73 g de CO2 por kilómetro, todo un récord positivo que anima a seguir trabajando por un mundo menos contaminado. Pero estas emisiones se producen sólo cuando se activa el motor de gasolina, si se usa solo el motor eléctrico, no se producen emisiones.