Un coche que conduce solo mientras sus pasajeros leen, navegan por Internet o ven una película. Ciencia ficción que prevé ser una realidad en pocos años. ¿Renunciaremos a conducir? ¿Qué papel tendrá el conductor? Te contamos cuál es el presente y el futuro de los coches autónomos.
Habrás observado que los fabricantes ya trabajan en el desarrollo de tecnologías que evitan gran parte de las causas de los accidentes, de una forma cada vez más “automática” o con independencia del conductor. En realidad, parte de esta tecnología ya es una realidad en nuestros vehículos:
- Sistema de reconocimiento de señales de tráfico.
- Control de velocidad.
- Asistente de mantenimiento de carril.
- Detector de ángulo muerto.
- Frenada automática de emergencia.
- Asistente de maniobras de aparcamiento.
Estos sistemas de asistencia a la conducción siguen avanzando y serán imprescindibles para que los coches sin conductor se conviertan en una realidad segura. Con ese objetivo trabajan ya las principales marcas de automóviles. De hecho en el 2015, Toyota, líder en tecnología híbrida, puso en marcha el Toyota Research Institute, ubicado en Silicon Valley. Una apuesta por la investigación y el desarrollo que tiene en la inteligencia artificial y en la conducción autónoma uno de sus focos.
Así lo asegura el presidente de la marca, Akio Toyoda, quien explica que entendió la utilidad de estos coches cuando se encontraba trabajando en la organización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020. Allí pudo ver que esos vehículos serían muy útiles, por ejemplo, para personas que tuviesen alguna discapacidad o problemas de movilidad.
Si el objetivo, entonces, es que el conductor intervenga lo menos posible, echamos mano de la tecnología. La combinación y el trabajo en cadena de los siguientes elementos tecnológicos permiten que el sistema funcione con garantías y seguridad:
Es la base. Sirve para establecer el punto de inicio y de final, analiza todas las potenciales rutas y elige la mejor. Si bien necesita sensores radares, que van distribuidos por la carrocería y que son capaces de detectar distintos obstáculos que se encuentran en el camino.

