La crisis económica, que parece que está llegando a su fin, ha venido acompañada del nacimiento de nuevas plataformas de consumo colaborativo que están teniendo un éxito considerable en la sociedad y entre los nuevos tipos de clientes y que ponen de manifiesto cómo los consumidores son cada vez más proclives a diferentes soluciones que no necesariamente conlleven la adquisición de un producto, sino que éste se utilice sólo cuando sea necesario y mientras sea aprovechado por otras personas.
Este tipo de iniciativas, entre las que destacan enseñas que están dando mucho que hablar últimamente como Uber, Blablacar, Airbnb o el car sharing’, buscan llegar a una modalidad de cliente más práctico, no tan aferrado a la propiedad de un determinado producto, así como dinámico y que busque una utilización temporal de un bien, ya sea un vehículo, un apartamento en la playa o que necesite transporte para llegar hasta una ciudad española concreta y no quiera tener que afrontar el pago de un billete de autobús, tren o avión o la compra de un coche.
