Cinco años después de la fundación de la ciudad de Hino (Tokio, Japón) en 1963, nacía el “para-nada-pequeño” Hilux (1968). Su nombre procede de combinar las palabras inglesas “high” (alto) y “luxury” (lujo). Y aunque su diseño inicial se basó en la funcionalidad de un turismo, rápidamente se reorientó hacia el sector de los vehículos comerciales, enfocado para quienes necesitaban un vehículo con mayor capacidad de carga.
Tras la gran aceptación y la demanda de mayor potencia y versatilidad, diez años después se lanzó al mercado el primer modelo de tracción a las cuatro ruedas, que permitiría ya aventurarse por cualquier clase de terreno.