El 11 de marzo de 2011 supuso un antes y un después para Japón. Ese día sufrió un devastador terremoto cuyas consecuencias se agravaron a causa del tsunami que sucedió al temblor. El desastre dejó un gran número de víctimas de forma inmediata, pero los días y los meses posteriores fueron también terribles por las duras condiciones de supervivencia, especialmente en la región de Tohoku, la zona más afectada.
La ausencia de electricidad fue uno de los mayores problemas a los que se tuvo que enfrentar la población. Una de las soluciones para atenuar sus consecuencias salió de los propios clientes de Toyota. Muchos de ellos utilizaron, durante los apagones posteriores al terremoto, la energía auxiliar que suministraba el monovolumen Estima Hybrid –comercializado en el mercado japonés–. Toyota entendió que esa capacidad de sus vehículos podía ser vital en futuros sucesos, y se decidió a desarrollarla y ofrecerla en más modelos.
Evolución de la potencia
Los primeros modelos utilizados para entregar electricidad –podían alimentar varios electrodomésticos a la vez– fueron los híbridos de Toyota, como el mencionado Estima Hybrid. Las nuevas tecnologías introducidas han sido decisivas para aumentar la capacidad de sus vehículos como generadores. Es el caso de los modelos equipados con pila de combustible, como el Toyota Mirai, cuyo sistema lleva asociado una capacidad energética de 60 kWh que puede alimentar de electricidad a varios hogares o incluso a un centro de evacuación durante uno o dos días.
Un ejemplo similar es el Prius Plug-in hybrid. Su batería de la última generación tiene una capacidad energética de hasta unos 8,8 kWh, lo que le permitiría generar y suministrar electricidad para cuatro días en un hogar medio. Además, gracias al sistema de recarga solar que llevan en el techo, puede suministrar energía a la batería directamente procedente del sol. Así, el coche puede recorrer más de 6 kilómetros al día sin dependencia energética alguna, una distancia que puede ser vital en un desastre natural.

