Los conductores profesionales o de empresa pasan más horas en el vehículo que en la oficina y por eso no pueden arriesgarse a escoger un vehículo que les falle de forma habitual, ya que eso pondría en peligro su actividad profesional y también el prestigio de su negocio. Para una persona que utiliza el vehículo a diario por exigencias de su trabajo el sufrir una avería es lo mismo que quedarse sin ordenador para un administrativo, es decir, no poder trabajar.
En el mundo en que vivimos todo lo relacionado con el trabajo se necesita ya, de forma instantánea, el conocido como tiempo real, por lo que todo lo que represente una traba para la actividad profesional o que ralentice el trabajo puede poner en peligro la viabilidad de una pyme o de la actividad de un autónomo.
El contar con un vehículo fiable, que no se averíe y que cumpla con lo que se espera de él es casi tan importante para una compañía como el motor que monta o el tipo de vehículo, ya que puede representar unos altos costes de utilización derivados de las averías, no tanto del importe de la reparación, ya que ésta suele estar incluida en la cuota de renting, sino en lo que se refiere a tiempo perdido: en el mismo momento del problema mecánico, en el necesita para ir a recoger y a llevar el coche al taller, etc.
Los profesionales que no quieran tirar una moneda al aire a la hora de seleccionar un vehículo para su empresa deberán tener muy en cuenta los modelos de la flota de Toyota, ya que ofrecen un alto nivel de fiabilidad en comparación con otros automóviles de la competencia, tal y como demuestran los diferentes premios internacionales de fiabilidad y entregados por los clientes que atesoran.

