Los Protocolos Anticontaminación derivan en la creación de zonas de bajas emisiones en el centro de las grandes poblaciones, como en Barcelona. En ellas se restringe la circulación de los vehículos más contaminantes a través de diferentes medidas que, inicialmente, comprenden un período informativo para, posteriormente, comenzar a sancionar por su incumplimiento.
En Europa podemos encontrar más de doscientas ciudades que disponen de zonas de bajas emisiones delimitadas en los centros urbanos, donde se restringe el acceso a los vehículos más contaminantes. Algunos ejemplos de ciudades europeas que disponen de zonas de bajas emisiones a causa de su elevada contaminación atmosférica son Bruselas, Londres, París, Milán o Rotterdam.