El coche es una de las inversiones más importante para tu empresa, por eso te conviene tener muy claros todos los parámetros de uso que envolverán al nuevo automóvil, a fin de descubrir si los clásicos métodos de compra (pago al contado y financiación) son los más interesantes para tu situación.
No es un tema sencillo, ahora hay nuevas formas de financiación con múltiples beneficios añadidos. Cualquier matiz puede hacer que te decantes por una u otra opción, por eso merece la pena tener una idea clara de lo que el renting y el leasing te pueden ofrecer frente a la compra tradicional de tu Toyota Proace.
Aunque puedan parecer conceptos similares, son muy distintos. El renting es un contrato de arrendamiento por el cual una de las partes (arrendador, en este caso Toyota), se obliga a transferir temporalmente el uso y goce del vehículo a otra parte (arrendatario, en este caso tú), quien a su vez se obliga a pagar por ese uso o goce un precio cierto y determinado.
Por el contrario, el leasing es considerado como una operación financiera, ya que representa un contrato de alquiler con opción a compra entre dos partes, excluyendo algunos servicios que veremos más adelante. Habitualmente, el leasing es propio de actividades empresariales, mientras que el renting también es accesible a particulares.