Los coches normalmente tienen los motores de gasolina o diésel que rondan entre los 90 y 240 CV de potencia máxima, pero ceñirse a los estándares normalmente hace que la gente termine lamentando no haber escogido algo más potente (si está en el límite inferior) o intentando librarse de ese monstruo del consumo (en la horquilla superior de las potencias).
Primero, desmitifiquemos: los híbridos tienen potencia “para rato”.
Y es aquí, querido conductor, donde hace aparición la POTENCIA INTELIGENTE. Sí, inteligente. Y no por obra de magia, sino tras años de investigación y desarrollo de la marca referente en híbridos.
Por eso es tan importante pensar bien pensado cuál es la potencia ideal con la que deberíamos configurar nuestro híbrido. Veamos las tres variables en las que tenemos que fijarnos.