El Dakar es un rally diseñado para que los pilotos demuestren su pericia en lugares remotos y en terrenos de una dificultad extraordinaria. Pero incluso para ellos, acostumbrados a superar situaciones extremas, hay límites infranqueables. Ayer, la misma naturaleza que ha provocado una fuerte sequía en algunas zonas del norte argentino en los últimos meses, quiso que las intensas lluvias causaran estragos en el recorrido. Así, más allá de que los coches no habían sido preparados para terrenos tan blandos, un deslizamiento de tierra junto a la población jujeña de Volcán paralizó literalmente a la caravana.
Roma se aleja del podio
En las carreteras embarradas de Bolivia y el norte argentino, los Toyota Hilux 4x4 de Giniel de Villiers (TOYOTA GAZOO Racing SA), Nani Roma y Conrad Rautenbach (Toyota Overdrive Racing) resistieron y consiguieron llegar en la quinta, séptima y novena plaza, respectivamente. Un resultado aceptable que, sin embargo, no satisface a Roma, quien perdió algo más de 14 minutos respecto a Sebastian Loeb (Peugeot), el nuevo líder. Roma cedió así la tercera posición a favor de otro francés, Cyril Despres, y se aleja un poco más del liderato, que ahora está a 23 minutos.
Pero la peor noticia para Roma puede ser la suspensión de la novena etapa, con una especial de 406 kilómetros donde la navegación debía jugar un papel decisivo. Un recorrido, sobre el papel, propicio para el piloto español, que ahora deberá pelear por regresar al podio en las tres etapas que restan hasta Buenos Aires. Antes de eso, tanto Roma como el resto de pilotos tendrán que vivir otro tipo de aventuras, como relataba el catalán al finalizar la etapa: “La carrera está rota, estamos sin ropa y no sabemos dónde vamos a dormir. Es todo un poco caótico”.

