¿De verdad crees que hay cosas tan diferentes que no se pueden sumar? A veces las contradicciones sólo están en nuestra cabeza, y las mejores soluciones surgen de intentar reunir mundos distintos sin renunciar a nada. Cuando dos mundos opuestos se unen, cuando juntamos ‘lo mejor de cada casa’, siempre encontramos la forma de superar cualquier obstáculo y mejorarlo todo.
¿Has oído alguna vez que las nuevas tecnologías, como Internet o los móviles, nos alejan del trato humano? Sin duda eso sólo lo puede decir alguien que nunca ha estado lejos de sus seres queridos. Un ordenador o un móvil pueden parecer máquinas frías, pero nos sirven para conectar con personas al otro lado del mundo, para verles la cara y oír sus voces como si estuvieran a nuestro lado. La tecnología se vuelve humana, y al unir esos dos mundos podemos salvar uno de los obstáculos más grandes que existen: la distancia.
Como se puede ver, nuestra vida cotidiana está llena de ejemplos: no hay nada como pensar diferente y unir facetas distintas para encontrar soluciones únicas a cualquier dificultad. No hay que renunciar a nada: ¡si pensamos con esa mentalidad híbrida, no habrá obstáculo capaz de detenernos.
No hace falta irse muy lejos para encontrar ejemplos: el día a día está lleno de desafíos, pequeños y grandes, que se solucionan uniendo elementos dispares. ¿A quién no le ha dado pereza de niño (o de no tan niño) sentarse a estudiar?
Pero si unimos el estudio con la diversión la cosa cambia: ¡en ninguna parte está escrito que aprender tenga que ser aburrido! Estudiar ciencias realizando experimentos prácticos en el laboratorio, entender la poesía y la música escribiendo letras de canciones... Aprender divirtiéndose es una de las mejores actividades que existen, y eso solo es posible si unimos facetas tan distintas como el estudio y el juego.