Aviso de spoiler: después de leer este artículo tendrás aún más ganas de poseer un híbrido de Toyota. Y lo mejor de todo es que, de ser así, serás uno de los propietarios que más sepa sobre el tipo de coche que conduce.
Aunque muchos consideran aún la tecnología híbrida como algo nuevo –y eso que el primer Prius se lanzó hace casi 20 años (1997)–, Toyota acumula un amplio saber hacer en esta tecnología desde mediados de los 70, cuando comenzó a fabricar los modelos Century y Sports 800, equipados con mecánicas híbridas basadas en una combinación de propulsores con turbina de gas y motores eléctricos.
No todas las tecnologías híbridas son equivalentes ni en concepto ni en prestaciones. Mientras otros fabricantes montan mecánicas semihíbridas en las que el motor eléctrico simplemente entrega un extra de potencia a un motor de gasolina, en los full hybrids de Toyota ambos propulsores pueden funcionar de forma independiente o en conjunto, al objeto de buscar permanentemente la mayor eficiencia y el comportamiento dinámico más adecuado según las circunstancias de conducción.
Los híbridos Toyota han sido diseñados para que su desgaste sea, como mínimo, equivalente al de cualquier vehículo de su gama. En muchos casos ha demostrado ser inferior, ya que su mecánica prescinde de algunos elementos que conllevan reposición, como el embrague, la caja de cambios o el motor de arranque.
Lo corroboran informes internacionales de prestigio como el Índice de Servicio al Cliente 2016 de J.D.Power, en cuyos rankings de fiabilidad los híbridos de Toyota copan las mejores posiciones. Todo ello supone un ahorro para el propietario: el mantenimiento de un híbrido Toyota es más barato.
Los híbridos de Toyota también rinden en los circuitos. El TOYOTA GAZOO Racing participa en el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA. Se trata de una de las competiciones más prestigiosas del automovilismo, y consiste en un calendario internacional de carreras de larga duración. Actualmente, Toyota compite con el TS050 hybrid, que combina un motor de gasolina de 2.4 litros V&, con doble turbo e inyección directa con un sistema híbrido 8MJ. Es el sustituto del TS040 hybrid, con 1.000 CV, con el que Toyota ganó el campeonato en 2014.